18 diciembre 2011

ANUCA. Cerámica de autor.



Para Heráclito el Oscuro, el aire al enrarecerse se vuelve fuego; al condensarse, se convierte en viento. Por eso ayer, casi volamos. Porque todas las cosas pueden obtenerse mediante el fuego, que es el origen de todas las cosas y será su final.

Porque Ana, que puede leerse desde ambos lados, fuego y viento, luchó demasiado cerca de bracitos de  biscuit mate blanco que se agitaban de rabia intentando escapar de un broche.

Casi en el vacío dispuso signos de interrogación, trocitos de cuerpos estelares, de esferas imposibles, ramas de encina. Para el cuello, el vacío. Pende de un yugo, pero no es ceniza, sino caolín.

Nos recuerda a cada paso que el vacío es lo que nos permite beber de un vaso, apagar el fuego, ser.